Miembros
de la Guardia Imperial rusa disparando a manifestantes a las puertas
del Palacio de Invierno.
Enero
de 1905, San Petersburgo, Rusia.
Importancia
de la imagen:
En
esta imagen se ve como la Guardia Imperial rusa abre fuego contra una
marcha de obreros pacífica, dejando 800 heridos y 200 muertos, entre
los que se encontraban mujeres y niños que dejaron su sangre sobre
la nieve (también se conoce como Domingo Rojo por esta misma razón)
El
Domingo Sangriento es importante porque está considerado como el
principio del fin del Imperio ruso que llevaba desde 1721 en pie.
Contexto
histórico
En
1904, Rusia entra en guerra con Japón por el dominio de Manchuria
(parte de China)
Al
pueblo no le gustó que Rusia decidiera ir a la guerra, ya que esta
supuso una subida de impuestos y una nueva ley de reclutamiento. Esto
hace que suceda un revolución espontánea en diversos puntos del
territorio ruso.
Rusia
es derrotada y humillada por Japón, y se pone de manifiesto, como
ocurrió tras su derrota en la Guerra de Crimea, la gran debilidad
del ejercito ruso.
El
descontento sigue en el pueblo y durante el mes de Diciembre ocurren
manifestaciones callejeras en las principales ciudades y las huelgas
son continuas.
La
situación alcanza su momento culminante durante el Domingo
Sangriento. La Guardia Imperial dispara a obreros que se reunieron en
el Palacio de Invierno para solicitar, de manera pacífica, que se
mejoraran sus condiciones laborales y salarios.
La
noticia de los sucesos recorre toda Rusia y se declara huelga general
por todo el país. Para organizar estos movimientos surgieron los
soviets (asambleas de obreros, campesinos y, más tarde, el ejercito)
En
Octubre, tras meses de protestas y motines, el zar Nicolás II
renuncia al absolutismo y proclama una constitución. Se crea un
Parlamento (llamado Dumas) con representantes elegidos
democráticamente.
Sin
embargo, no pasó mucho tiempo hasta que el zar se retractara y
volviera a su sistema anterior.
La
Revolución de 1905 falló, pero se considera que fue un ensayo de la
de 1917, y en esta si que se derrotó al Imperio ruso.
En la petición los obreros señalaban que llegaban ante el zar con sus mujeres, niños, padres ancianos e inválidos, a implorar la verdad y su ayuda, porque vivían en la miseria y la opresión; que su trabajo era abrumador, en medio de un tratamiento inhumano; que habiendo sufrido con paciencia, eran empujados a la miseria, la esclavitud y la ignorancia y que ante el despotismo y la tiranía y al haberse agotado su paciencia, preferían morir antes que seguir soportando “tormentos irresistibles…” La marcha obrera dio inicio muy temprano el 9 de enero de 1905, con retratos del zar, estandartes de cofradías, entonando canciones religiosas y desarmados, en una masa compacta de más de 140.000 gentes. El “Domingo sangriento” constituye una enseñanza histórica, ideológica y política que fusiló la esperanza ingenua de los obreros en el zar y sus verdugos; de que no es con rogativas y canciones pacifistas de manos vacías, sino con la lucha armada, como se puede alcanzar la libertad y los derechos.
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